lunes, 2 de septiembre de 2013

Colo-Colo es Chile.


Los romanos intentaron por muchos años ser una civilización acorde al imperio que ostentaban, trataron por todos los medios conocidos y no tan conocidos entregar un legado a la humanidad.  El derecho, su República y su sistema de alcantarillado son los regalos que siglos después seguimos apreciando día a día. Pero a pesar de lo valorable de la herencia romana, había en el vasto imperio un dicho que resonaba casi como un refrán “El corazón de Roma no late en el mármol de su senado, sino que en la arena del Coliseo” es que la plebe iba en masa a los juegos organizados por el César y jamás al corazón del poder legislativo.

            Ayer domingo mientras veía como un grupo de hinchas vestidos con colores blanco y negro se enfrentaban a una muralla de hinchas del mismo equipo pero vestidos de verde mandados a defender a un grupo de personas que tienen oficinas en el estadio Monumental, que definen a quienes tendrán el honor de ocupar la casaca blanca, ocupan chaquetas con un Mapuche en el lado izquierdo del pecho pero que son hinchas de otros equipos y no saben lo que es Colo-Colo. Pensaba en que el corazón de esta sociedad, de nuestra sociedad, no late en el parlamento de Valparaíso sino que en la arena de Macul, ahí está el amor propio que le queda al chileno, ahí aloja la razón de que la marraqueta sea más grande o más chica, la razón de que el té sea más dulce o tan amargo como el mate. En Pedrero existe una razón suficiente como para manifestarse cada fin de semana.

            Lo que está pasando en Colo-Colo es el reflejo de lo que ocurre en nuestro país: una descoordinación brutal entre los que mandan y los que tienen que sufrir esas decisiones, un grupo de carabineros que deben defender lo indefendible, trabajadores  estresados y presionados (el equipo) que perdieron la confianza, y un jefe directo que no habla ni se expresa, un grupo de indignados que no entiende cuan díficil es hacer las cosas medianamente bien. Pasa en Chile y pasa en Colo-Colo.

            Las razones las sabemos todos, hemos visto esta crónica de una muerte anunciada desde hace 3 años, con payasos como DT, con jugadores inflados, dirigentes  irresponsables que buscaban la imagen y réditos que lleva dirigir el equipo más popular de la comarca. El problema es que equivocaron el cálculo y el tiro les salió por la culata, hoy su imagen es de hombres millonarios que le quieren quitar la única alegría a la gente. Creyeron que sería fácil, ilusos.

            Colo-Colo es amado por su gente, nació como una rebelión de un grupo de jóvenes contra el egoísmo de los apernados de Magallanes, es el equipo de David no el de Goliat, es el equipo que atrasó el golpe de estado de 1973, es el equipo por el que late el corazón del pueblo, es el equipo que ha sabido ser campeón, es el equipo de la libertadores del ´91 y del robo del ´73, el equipo de Chamaco y del chino Caszely. Y ahí está agonizando frente a nuestros ojos y corazones y me pregunto: ¿No haremos nada? ¿En verdad pecaremos por omisión?. No fuí no soy ni seré colocolino pero llamo a cuestionarnos nuestro papel en este momento histórico, no podemos quedarnos de brazos cruzados porque Colo-Colo…porque Colo-Colo es Chile.

lunes, 8 de julio de 2013

Porque no tenemos nada...


La frase corresponde a una que supuestamente dijo Carlos Dittborn en Lisboa por allá en el lejano 1956, clave, en teoría, para conseguir la sede de la Copa del Mundo en 1962.  El tiempo dirá que la famosa cita nunca existió.

            Pero en fin, a 100 años de la creación de nuestra Federación de Fútbol y en más de 80 años de campeonato nacionnal nunca una frase a catalogado tan certeramente la realidad de nuestro deporte, es que de verdad no tenemos algo Mejor dicho, no hemos ganado algo.

            Pero el problema en si no es no ganar algo, fracasar es parte de la vida y más aún del fútbol, pero no aprender de las caídas si es un problema, llenar nuestra cabeza de humo y el corazón de ilusiones debería ser lo mas cercano a una tortura. Y ya llevamos un siglo torturándonos.

            Ayer domingo volvimos a caer en una Copa del Mundo. La sub 20 de Mario Salas no pudo superar los cuartos de final del torneo planetario, cayó como han caído muchas selecciones nacionales pensando en el “hacer historia”, en que “no le tememos a nadie”, asegurando que “podemos hacer algo grande”. Y ahí quedamos en medio de dos jugadores vestidos de rojo que no se ponen de acuerdo en como despejar una pelota mientras el balón pasa por el medio de los dos y se mete dentro del arco dando botes burlones. Terminando con la historia que se iba a escribir pero que nunca se publicó. 

            Esta película la hemos visto muchas veces, con distintos escenarios y contra múltiples rivales, a ratos el error cometido es otro en particular pero en general la soberbia y  poca memoria nos pasan la cuenta. Cada vez que una selección empieza a tener un buen camino en una competencia suenan las voces que ya hablan de “la mejor de la historia”, sea el nivel que sea. En los equipos no hay mucha diferencia, Colo-Colo ´73 y el Ballet Azul son comparados continuamente como si la meta común fuera superar sus hazañas y no complementarlas con otras. Egoísmo puro.

            Han desfilado generaciones de jugadores criollos que creen sabérselas todas, que efectivamente se sienten los mejores de la historia y que no necesitan aprender más. “Esta vez será distinto porque estoy yo” y no son capaces de ver los errores que se han cometido en el pasado e intentar ganar algo por fin.

            Lo que pasó en Estambul me recordó a lo que sucedió en Canadá 6 años antes con otra generación que aseguraba ser la mejor de la historia y que juraba que la iba a reescribir pero terminó goleada por Argentina y con jugadores envueltos en un escandalo. O podemos echar el calendario un poco mas atrás en las olimpiadas de Sydney ahí en los últimos 5 minutos  Camerún nos dio vuelta una semifinal que parecía cerrada. O el gol del Vastic en el último suspiro en Francia ´98.

            Y así siempre pasa algo, que un penal, que un robo arbitral, que la mala suerte, que la expulsión, que el palo o simplemente el pelotudo que se corta la frente en el Maracaná ante 150.000 testigos…
           
Escribo con amargura acumulada en 27 años de fracasos,  espero de verdad que aprendamos de esta derrota, que podamos sacar conclusiones positivas que nos lleven (al fin) a ganar algo. No  hablo de levantar copas a cada rato pero por último de vez en cuando. Esta generación tiene la oportunidad de mejorar nuestra realidad futbolística pero si Melo se cree mejor que el Sapito, si Lichnovsky  o Robles piensan que son mejores que Don Elías o Quintano, si Martínez o Fuentes apuestan que están al mismo nivel de Jorge Toro o Eladio Rojas, o si Ángelo o Castillo juran que son mas que Salas, Zamorano, Caszely o Leonel. Si eso vuelve ocurrir mejor cerramos el boliche, hacemos un parque en el Nacional, le regalamos Quilín entero a alguna escuelita, Pinto Durán lo volvemos un museo a la porfía y no seguimos sufriendo, porque no tenemos nada y así seguiremos sin tener algo. 

viernes, 5 de julio de 2013

Quiero volver a llorar don Gustavo

Ya han pasado 16 años desde aquel día en que encerrado en la pieza de mis padres, escuchaba en una radio reloj como Colo Colo caía en penales contra Cruzeiro por la semifinal de la libertadores. Almohada en la cabeza, la cara enterrada en el colchón y una pena infinita. 

A mis 14 años,  ya había visto a Colo Colo tri campeón y lo había visto ganar una libertadores, pero como un niño. El 91 con 8 años uno sabía que Colo Colo ganaba, pero el fútbol no se veía igual. A los 14 ya me sentía un erudito. Si bien no podía ver todos los partidos, la radio y la revista Triunfo del día Lunes (por la que sacrificaba mi colación) eran mis mayores aliados. Recuerdo de esa campaña la larga vuelta del colegio a la casa, escuchando en el personal estéreo los partidos contra los venezolanos, en tiempos en que para aprovechar el viaje, jugabas contra los dos equipos extranjeros Martes y Jueves de la misma semana. Los cuartos de final contra la católica que también tenía un equipazo con un Beto Acosta tremendo, y finalmente aquella maldita semifinal. 

A esas alturas, Cruzeiro era un viejo conocido. El 92 en Kobe les habíamos ganado la Recopa y el 96 nos habían goleado en la Super Copa, con ese  4-0 en el Monumental el día de mi cumpleaños. Ese 4-0 fue especialmente doloroso, pues era mi primera vez en el monumental. Recuerdo claramente el infortunio de Arbiza y a Dida tapando cuanto tiro del Coto intentaba llegar al ángulo. La larga caminata a la salida para poder tomar locomoción solo le añadió dolor a la noche.  Por esta razón el cruce del 97 era la oportunidad perfecta para la revancha, era el tercer año de Benítez y la base del equipo funcionaba como reloj, todo lo que soñaba era ganar esa llave. El partido de ida fue ingrato, el error de Marcelo Ramirez permitió a Cruzeiro ganar por un escuálido 1-0, pero todos teníamos fe de que la revancha sería otra cosa.  Lamentablemente mi familia no era muy futbolera y mi viejo no era colo colino, por lo que tuve que prepararme para escuchar el partido en casa.   Todo lo que recuerdo es que fueron 90 minutos de tensión absoluta. Llegamos a estar 3-1 arriba, pero poco nos duró la ventaja. El marcador final fue de 3-2 lo que nos llevó a penales.  Durante el partido Ivo Basay había convertido 2 tiros desde los 12 pasos, lamentablemente la tercera vez erraría, lo propio Espina. Dos de los referentes fallaban y el sueño de la libertadores se escapaba al mismo tiempo que lo hacían un par de lágrimas  de mis ojos.  La pena fue infinita, pero las alegrías que nos llevaron a esa definición valen el riesgo de sufrir. 

Don Gustavo, bienvenido de vuelta, por favor denos nuevamente la oportunidad de sufrir así, de sufrir una eliminación peleando en Belo Horizonte, de perder una semi de Super Copa contra Sao Paulo. Pero tómese su tiempo,  tiene todo el crédito del mundo para gastarlo, aunque la 30 se demore, aunque la contra gane, vuelva a armar un equipo que nos haga sufrir por la copa de verdad...



martes, 28 de mayo de 2013

En el nombre del padre.


Nantes, 17 de Junio de 1998.
           
            La estirada del arquero camerunés, Jaques Songoo, es estéril no importan sus 182 cm ni su rechazo de un metro, no llegará a un balón que se colará por el ángulo izquierdo de su arco. Tampoco podrán, los 5 de verde que se unen en torno a un muro humano, evitar que la pelota los burle por arriba de su humanidad, ni siquiera, al tener en cuenta que la suma de su estatura con su rechazo da más que los 2,44 mts que tiene la portería como altura. Ya está todo definido, el joven que lanzó una caricia con el guante que tiene en el botín izquierdo corre a celebrar su tanto, mira, apunta y habla hacía el cielo. Sólo Dios sabe si lo escucharon.

Coquimbo, 9 de Julio de 2005.

            Un estadio lleno, lleno de esperanzas, de ansias, nerviosismo y pasión que se emplaza en el centro del puerto pirata.  Allí ante la mirada atónita de los locales, un hombre se vuelve a enfrentar a su destino. Desde el punto penal cumple con una promesa y lo festeja corriendo emocionado rumbo desconocido, vuelve a mirar al cielo, vuelve a apuntar al cielo, algo le dice al cielo. Sólo Dios sabe lo que eran esas frases.


Santiago, 26 de Mayo de 2013.

            Ya no juega, pero lidera a un equipo que creyó en él hasta las últimas consecuencias. Luego de 17 fechas de intenso campeonato y de 4 meses de lucha, su convicción lo lleva a levantarse después de un mazazo recibido en el puerto de Talcahuano. Cuando la lógica invitaba a cuestionarse hasta la forma de caminar, el siguió su camino con la porfía de quien está seguro de lo que hace. Terminó abrazando a jóvenes que con suerte lo vieron jugar, luego de eso mira al cielo, le habla a alguien, le apunta a alguien. Sólo Dios sabe si ya, por fin, pagó su deuda.

            El hombre de estas tres historias se llama José Luis Sierra Pando, es el director técnico de Unión Española, el flamante nuevo campeón de nuestro fútbol profesional. Un hombre que siempre se preocupó de aportar desde la tribuna en que le tocó estar. Su destino estuvo marcado a fuego por los colores de su amada Unión Española, hijo de una familia ibérica en donde todos participaban del club de colonia, creció imaginándose en la cancha de la que entendió era su segunda casa: el Estadio Santa Laura.

            Hijo de un hombre que también dedicó gran parte de su vida a la furia roja, sintió siempre el deseo de entregar alegrías a los suyos.  A esa misma gran familia con la que había crecido y compartido tanta pasión en torno a los colores rojo y amarillo.

            Logró estar en el equipo Campeón de la Copa Chile, el mismo que fue la base de los cuartos de final de la Copa Libertadores en 1994. Pero a pesar de tanto logro, José Luis no pudo entregar a la Española un campeonato nacional que extrañaba desde 1977. Incluso, tuvo la complicada misión de hacer uno de los goles con los que Colo-Colo venció a Unión en el clausura 1997, campeonato en que los hispanos bajaron a primera B. Aquella triste tarde de Santa Laura, José Luis se tapó la cara con su camiseta, no quiso mirar a nadie, no se atrevía a ver a los ojos a los que lo habían observado crecer en esos mismos pastos, tuvo que ser el verdugo de una parte de su propia vida y hasta en eso fue profesional. Mientras el equipo donde jugaba era campeón, el amor de su vida descendía por primera vez en la historia.

            La historia de José Luis es la de muchos hinchas rojos, que nacieron en una familia ligada a este equipo que se volvió grande y gigante en nuestro país. La historia del Coto es la de tantos fervientes que lo perdonaron en Santa Laura el ´97, como un padre que perdona a un hijo, y lo enaltecieron a la calidad de ídolo el 2005. Pero no sólo eso, ya que este domingo por primera vez pudieron gritar campeón en su propio estadio, el mas antiguo de nuestro fútbol, una verdadera catedral emplazada en el casco histórico de la ciudad. Ahí mismo, pero sin una polera roja, sino que como guía y una especie de padre, José Luis, el Coto, se inmortalizó y celebró la séptima corona de la Unión. Una corona con sabor a convicción porque nunca extravió su brújula ni siquiera cuando perdió con O´Higgins ni cuando cayó en La Calera ni cuando se le fue el titulo en el último suspiro en el CAP. Mantuvo la bandera al tope y prefirió morir con las botas puestas y el balón bien jugado al pie. Como todos en la vida debió soportar múltiples pruebas para obtener unos pocos momentos de felicidad, ahora disfruta de uno, uno mágico como aquel en Francia ó el de Coquimbo, en ambos se acordó de su difunto padre, el que le enseñó el camino que siguió toda su vida, al que no quiso mirar cuando debió sentenciar a irse a los potreros a la Unión que le pertenece a los dos. Ahora ya más maduro, José Luis pagó todas sus deudas, fue campeón como jugador y como entrenador, le entregó su vida profesional a su equipo y se creó un nombre propio en la institución.  Ahora ya más sereno, José Luis mira al cielo y no llora, sólo sonríe, porque entiende que en el paraíso hispano, donde ya están sentados el Nino Landa y Julio Martínez, tiene su lugar ganado: a la derecha del padre, su padre.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Final fotográfico.


Unión Española y Universidad Católica llegan a la última fecha del torneo transición 2013 con la opción de ser campeón, son los únicos que tienen ese privilegio ya que matemáticamente el resto ya no les puede alcanzar.

            Todo lo que acabo de escribir no es misterio para nadie, tampoco lo es que por esas cosas que tiene nuestro fútbol el reglamento indica que existen 8 factores para dirimir una posición en caso de empate en puntos, en ninguno de ellos se considera la opción de partido definitorio. Así las cosas es probable que el campeón del torneo chileno se defina por la diferencia de gol o los goles convertidos.  En caso extremo será por sorteo. Si, por sorteo.

          

miércoles, 24 de abril de 2013

La nueva cruzada.


Cuando terminó el partido entre Unión Española y Unión La Calera, el triunfo cementero se festejó el Rancagua, Las Condes y La Cisterna. A pesar de empatar, O´Higgins y Universidad de Chile acortaron la distancia con el líder, en especial los celestes que enfrentan a los rojos en la próxima fecha.

            Sentados en el living de algún  lujoso hotel capitalino el plantel de la UC entendió de la importancia de quedarse con los 3 puntos que se jugaban al otro día en Pedreros. El buen juego podía irse a la basura por 90 minutos, aparte del orgullo, los cruzados se jugaban la chance de respirarle en la oreja a los de independencia.

  

miércoles, 17 de abril de 2013

A la caza del Huemul


Vino y se fue la fecha 11 del torneo de transición, y las papas quedaron muy calientes. El sólido líder, Unión Española, está a tres puntos de luz sobre sus seguidores, la Universidad de Chile y O´Higgins de Rancagua, con una unidad menos, cierra el bloque de avanzada la Universidad Católica.

            Los rojos son un equipo superdotado en comparación al resto de los cuadros de primera división, manejan los tiempos y las situaciones del partido. El último empate  contra  Cobreloa, es un botón muy claro, entendiendo que siempre lo mejor es ganar, la Unión en la cancha comprendió la importancia de no perder, de dejar pasar una fecha más en la punta contra un rival complicado como son los loinos. El fixture los deja más tranquilo sabiendo que de los 6 partidos restantes los duros son contra O´Higgins y Colo-Colo, ambos en Santa Laura.  El sábado en horario de misa, vimos a los locales ser muy equilibrados, entendiendo que a esta altura lo peor es regalar pelota y espacios, no se mató atacando a un equipo que vino con la intención de sacar un punto en la catedral del fútbol nacional. Las pasadas de Currimilla fueron contadas, el pase de Villagra se lateralizó en vez de buscar la daga punzante a los atacantes hispanos, la orden era clara: Si no se puede entrar, se cuida el balón como sea.  Un equipo es bueno cuando su idea es clara, entendida y ejecutada por sus jugadores, sin importar su posición o si es titular o reserva. Este factor se cumple en la Española, merito de su técnico que además de leer bien los partidos logra leer bien la instancia del campeonato.

  

martes, 2 de abril de 2013

¿Que se vayan todos?


En estas líneas debería estar hablando sobre la fecha, sobre el campeonato que lentamente define a sus postulantes. Una Católica débil en el Salvador, pero que sacó la tarea adelante. Una Unión con oficio, plantel y convicción, que nunca levanta la pelota en un ollazo. Un O´Higgins que pierde ante el planteamiento de Castañeda y una Universidad de Chile que cae en irregularidades pasmosas, a veces juega bien y otras muy mal.

            Pero no, me encuentro sentado frente a un computador para escribir sobre un partido en particular, sobre un minuto en específico y sobre un momento exacto. Sobre lo que significan la caída de dos bombas de ruido , que nos cautiva como la sangre en las películas malas de homicidios, muchos se preocupan de limpiar y pocos de investigar.  

     

jueves, 7 de marzo de 2013

Al rojo vivo.

Este fin de semana pudimos ver una fecha de miedo del torneo de transición 2013. Tropezaron aquellos que venían al tope y amenazantes, sus seguidores, se acercaron con la cima entre ceja y ceja. Cerramos el domingo con 8 equipos separados por apenas 3 puntos, lo bueno está por venir.

            Tengo un amigo que siempre cree tener la razón (tengo varios en verdad con ese problema, entre ellos mi compadre), quien viendo el partido de la UC contra Cobreloa me dice “¿Viste que son buenos los torneos cortos?”. Después de mucho pensar en sus palabras, resolví que los torneos cortos no sólo son malos, sino que son malísimos. Es cierto, generan cierto morbo cada fecha que los equipos se acercan mas en la tabla y la parte de arriba se achoclona fin de semana tras fin de semana. Pero en un torneo limitado como el nuestro es sólo la carencia que existe en el medio. Les daré un ejemplo, luego de resultados sorpresivos Universidad de Chile y Colo-Colo quedaron a 3 puntos de asaltar la cima de la tabla. Ud no leyó mal, a un triunfo, si, a miserables tres unidades. Un chiste. Ni los albos ni los azules tienen el fondo futbolístico para aspirar a un campeonato pero llegan a la a la séptima fecha con opciones claras de obtener una nueva estrella. Competencia ficticia, le llaman en la jerga monopolística.

jueves, 28 de febrero de 2013

Un Baile de a dos.


Han pasado las primeras cinco fechas del torneo de transición 2013. Las conclusiones ya pueden hacerse en la base de ver un mes entero a todos los equipos de la primera división, ya no hay letreros que digan "en rodaje", esa excusa se acabó un par de semanas atrás.

                El día de hoy vemos como la tabla se empieza a separar, algunos equipos están agarrando ritmo, ganando partidos y mostrando un fútbol sólido, se alejaron del resto y empiezan a mirar la tabla desde arriba.

                Partamos con los mejores de lo que va del 2013, Unión Española y Universidad Católica, son por lejos grandes candidatos al título. El conjunto de colonia mantiene una posesión de pelota muy interesante y que a contar de los Play Off del clausura 2012 le agregó una verticalidad y velocidad muy efectivas. La española tuvo la gracia de cambiar nombres y continuar por la senda ganadora, encontró en el juvenil Hernández un gran relevo de Mauro Díaz. Tiene un medio campo superdotado y que se conoce muy bien, de hecho Scotti  al tener en su espalda a Villagra se da maña de acompañar las jugadas e incluso finiquitarlas con una técnica exquisita. Una delantera que mezcla fuerza, cabezazo y finiquito. Se ve el trabajo de la semana, ya que las diagonales de Jaime nunca  chocan con los movimientos de Rubio. Castro además le sumó recuperación y sacrificio al ataque. El partido contra Huachipato, el último sábado en el CAP, fue de lo más bajo que le hemos visto a los rojos durante el 2013, aun así gana y no le da respiro a la UC. Pero mostraron una falencia, en retaguardia no tienen los relevos necesarios. La salida de Berardo (el mejor lateral defensivo del medio, por lejos) la sintió el fondo de Independencia.  

martes, 12 de febrero de 2013

Los capos de provincia.


El despertar no fue sencillo para nadie. Ninguno de los que alguna vez hemos estado alentando a un equipo hasta romper la voz, ninguno que ha llorado de pena o alegría en un estadio,  ninguno que espera que la semana se vaya lo antes posible para disfrutar de un domingo en la cancha, quedó inmune a la noticia.

                Un bus cayó en la cuesta que une Talcahuano con Tomé, se desbarrancó más de 80 metros con 36 pasajeros, todos hinchas de O´Higgins que viajaban hacia Dichato después de presenciar el partido de su equipo contra Huachipato (triunfo 0-2, para los celeste). 16 personas murieron casi instantáneamente, la mayoría eran jóvenes menores a 20 años, todos tenían menos de  40, incluido un bebe de  1 año.

                Los rancagüinos son personas orgullosas de su tierra, aman a su ciudad y la defienden con una pasión desbordada. Rancagua para Chile es la ciudad de un desastre, y Rancagua para los que viven en Rancagua es la ciudad donde habita el motivo de sus mil amores y pesares, O´Higgins. El gran equipo celeste no es otra cosa que el único "Capo de provincia", no tienen títulos, pero es el más capo de los capos.


jueves, 24 de enero de 2013

Los milagros del fútbol.


La historia cuenta que el 25 de Junio del año 1978 en el Monumental de River Plate, la selección Argentina de fútbol derrotaba a su similar de Holanda en la final del campeonato mundial y se consagraría como la mejor selección del orbe.

                Mucho se escribió y mucho se sigue hablando sobre ese equipo, los que pasaron a nuestros anales fueron figuras de la talla de Daniel Pasarella, el Matador Kempes, el tolo Gallegos o Ubaldo Fillol, entre otros.

                Aquellos que estuvieron ese día invernal en la cancha de la banda sangra dirán que vieron al mismo tiempo un milagro, de esos que se pueden apreciar un par de veces en la vida. Cuando es colectivo, incluso da para formar una secta. El milagro fue cuando en el minuto ´90 con un empate 1-1 en el marcador, Holanda estrelló un balón en el poste, mientras un desesperado Fillol intentaba hacer rebotar la pelota con lo que fuera. La historia es conocida,  el esférico no entró, Argentina pudo llegar al alargue y ganó 3-1 el partido en el tiempo extra.

                El tema es que los milagros no son tan masivos, o no son tan perceptibles para los ojos humanos, ya que vamos por la vida mirando y no observando.

lunes, 14 de enero de 2013

La pasión externalizada.


Hace unos días, al salir del estacionamiento del condominio donde vivo, noté que habían 3 niños jugando fútbol, con un par de arcos imaginarios, una pelota a medio inflar y muchas ganas corrían y corrían a la vez que soñaban ser profesionales.

                Al mismo tiempo que veía esta escena, recordaba los tiempos en que con mis compañeros de colegio, en esas interminables pichangas de recreo, armábamos equipos que duraban toda la semana y en donde cada día era un partido (el que ganaba más partidos, se quedaba con el triunfo semanal). A mi memoria, llegó también, el recuerdo de esos partidos de verano que todos los días tenía en el ex gimnasio municipal de Macul (hoy edificio municipal), allí fantaseaba con la posibilidad de trasformar la cancha de cemento de la Av. Quilín, por la de pasto del estadio Nacional.

                Pero regresemos a los niños que están jugando en el estacionamiento, por un momento me quedo mirándolos y sonriendo a la vez que mi imaginación se va al pasado, después de eso empiezo a caminar para volver a mi casa, en ese instante escucho algo que llamó poderosamente mi atención.

                Uno de los niños, el que jugaba al arco, las oficiaba de narrador de este ficticio encuentro, cuando sus amigos agarraban la pelota gritaba: "La tiene Cristiano, sigue Cristiano, se la toca a Neymar (el más morocho de los tres)" cuando el intervenía, decía: "Ahora la tiene Messi, va con todo Messi" .

                La escena, aunque esperable, me dejó bastante preocupado, ¿Qué está pasando con nuestros futbolistas? ¿Por qué en vez de creer ser Messi o CR7, los niños no hablan de Alexis o Matías? Hace unos 20 años atrás mi primer ídolo fue Mariano Puyol, el tipo era lo máximo para mí, a pesar de verlo en el ocaso de su carrera. El capitán azul en el inicio de la década de los ´90 era un símbolo, un ejemplo a seguir.  Luego fueron Marcelo Jara, Marcelo Salas y tantos otros, pero nunca pensaba en llamarme Romario o Batistuta mientras entregaba todo dentro de una cancha imaginaria. Menos hubiese estado con una polera del Barcelona, Real Madrid o Manchester United, como si lo hacían los niños del edificio. En mi caso, si me sacaba la azul era solamente para ponerme la roja de la selección.

                Nuestros niños hoy en día, no sólo menosprecian a los jugadores chilenos, sino que además no son hinchas de nuestros equipos. Para la navidad piden camisetas azulgranas con un 10 en la espalda o merengues con un 7. Señalan que el club de sus amores es uno que está a más de 10.000 Km de distancia, en otro país, otro continente y otra cultura. Nunca lo han visto en un estadio.

                Siempre he creído y he sentido que el fútbol es sólo un reflejo más de lo que pasa en la sociedad, y es así como este sistema de "la excelencia" , que fomenta que todos busquemos el famoso éxito, que despreciemos el fracaso y le tengamos fobia al sufrimiento, se ve en nuestra relación con los equipos nacionales, fría y distante, que nadie lo note, que nadie lo sepa.

                 Pero ser fanático de un escudo es todo lo contrario, ser de verdad seguidor de un equipo es completamente distinto, es estar dispuesto a pasar más penas que alegrías, a saborear la derrota cien veces antes de poder tener el gusto de la victoria. Sentirse orgulloso de los colores sin importar el lugar al final del año.

                Entonces, ¿Como poder juzgar a esos niños?, que ven por televisión abierta la Champions League con canchas de primer nivel, estadios llenos y lindos, jugadores de elite, grandes partidos. Pero que si quieren ver nuestro pobre, fome y muy mal organizado fútbol tienen que pagar una señal "Premium". El fútbol europeo, ese mismo fútbol, que representa el éxito, la seriedad, y la elegancia, es lo que ellos quieren ser, es lo que quieren vivir, es lo que la sociedad y el modelo les enseñaron que tienen que admirar. Lo nuestro, eso que se juega cada fin semana en canchas pobres y con pocas personas en las tribunas, es el fracaso, son los flojos, son la vergüenza, lo que tenemos que evitar. Lo que nadie quiere ser. ¿Para qué pasar pellejerias con la "U", Colo-Colo o la UC?, ¿Para qué ir a estos estadios tan incómodos?, ¿Para qué soñar con ser Alexis si puedo ser Messi?

                Hace varios años, tomamos la decisión de externalizar todo en nuestro país, salud, carreteras, educación, vivienda y hasta transporte público, lo desarrollan y ejecutan los privados. Incluso llegamos al punto de externalizar la pasión. De eliminar lo feo de ser un hincha que se aguanta perder y nació el hincha "ganador" el que no tiene una relación afectiva que lo obliga a quedarse con sus colores, sino que busca al mejor. Hoy es del Barcelona, ayer del Chelsea y mañana, del mejor postor.

                A ratos parece que la idea es volver más insoportable la experiencia del hincha del club nacional, el espectáculo es cada día peor, los dirigentes son malos, la organización es pésima, la comodidad en los estadios es de clase "B" y ahora además hay una campaña del terror para no pisar más un recinto deportivo. Con esto gana el CDF y el cable operador que nos trae las "Liga DE LAS ESTRELLAS"  a la comodidad del hogar. Todos ganan.

                Hago este llamado, a través de un ejemplo concreto y directo, no para denunciar sino que para demandar: podemos ser mejores, podemos entregar mejores ejemplos desde el fútbol. Encariñarnos con nuestro país y su gente y dejar, por un rato aunque sea, de mirar para afuera.

                Bielsa, dijo una vez "el éxito y la felicidad no funcionan siempre como sinónimos" . Si volvemos a ser felices amando y no sólo ganado. En ese preciso momento, en ese hermoso momento, abremos recuperado el amor y la pasión por nuestro fútbol.

foto:http://www.gq.com.mx/articulos/la-pasion-de-los-hinchas/996

martes, 8 de enero de 2013

GOL!


"Los goles son como los bebes, son todos lindos" La frase es repetida, se la he escuchado a cuanto goleador de moda a estado por el orbe. En especial recuerdo cuando la dijo el gran Toro Vieri.

                Independiente de los gustos, se entenderá que no todos los goles son esencialmente bonitos,  de hecho, se les podría separar por su significado más que por su ejecución. En la memoria colectiva quedan y quedarán por siempre aquellos que equivalen alguna hazaña deportiva importante.

                Goles hay muchos, y de todos los tipos. Existen los goles de rebote, esos que le pertenecen a los conocidos "laucheros" , que tuvieron como máximo exponente histórico al gran Filippo Inzaghi, quien transformó la ubicación en su arma letal.  El espigado delantero italiano se dio maña incluso de hacer un gol en el mundial del 2006 en donde la squadra azzurra se quedó con su cuarto título planetario. Este tipo de diana es la que más se desprecia, no se reconoce mucho y su ejecutante es mirado en menos.