jueves, 26 de junio de 2014

Somos pura ilusión.



Volví a escribir, y es que no podía ser de otra manera. Quiero declarar a todo quien quiera leer, que estuve presente en el Maracaná el día que Chile eliminó al campeón del mundo. Y eso vale la pena comentarlo.

            Lo del 18 de junio pasado hay que atesorarlo, no sólo por lo que pasó en la cancha en donde tuvimos una banca clarita, que supo como plantear un partido bravo: cinco en el medio para evitar el transito del “tiqui taca” español, no hubo espacio libre para un pase, no existía un segundo disponible para pensar. Dos centrales, Silva y Jara, que fueron verdaderos cancerberos de los delanteros rivales. Un libero que barría con todo lo que se filtrara. Y arriba dos aviones, dos jet a la velocidad del sonido que buscaban la gloria.