lunes, 19 de noviembre de 2012

Picante y ordinario.


Picante y ordinaria, fue la forma en que se trató en todo este tiempo al proceso de Claudio Borghi en la selección nacional. Con una virulencia increíble en las redes sociales. Se tildó a un profesional como poco serio, flojo y bueno para los asados. Los prejuicios siempre estuvieron en el proceso del mayor ídolo de la historia de Argentinos Juniors.

            Picante y ordinario es la polarización que se vive en nuestro fútbol, por una parte existen hinchas colocolinos defendiendo a muerte el proceso del ahora ex seleccionador nacional, en la otra vereda, los azules haciendo leña del árbol caído, denostando a cada momento a una figura que debería ser respetada por todo el medio, sin pensar en viejas rencillas.

            Picante y ordinario es vetar en plena conferencia de prensa a un periodista esgrimiendo como razón: “Éramos cercanos, me fallaste”, sería muy poco ético, poco profesional y muy picante y ordinario, dejar de criticar la actuación de la selección sólo porque en la banca se sienta un “amigo muy cercano”. Se equivocó feo el Bichi en esa pasada.

       
     Picante y ordinario es faltarle el respeto a los compañeros, a los hinchas y al escudo que se defiende. Cuando se pone la camiseta nacional, lo mínimo que se le exige es comprometerse con la actividad, con el grupo y el cuerpo técnico. No vienen de vacaciones por una semana a Chile, la idea no es que se paseen por los distintos malls o visitando amigos en esta ventanita de relajo que les entrega la competencia europea de cuando en vez. El apoyo al jefe no debe ser frente a los micrófonos o desde el sauna mirando los Alpes, o paseando por Cataluña mientras se escribe por twitter.

            Picante y ordinario es el comportamiento de algunos referentes de la selección dentro del campo de juego, la patada de Arturo Vidal frente a Serbia y su codazo a mansalva contra Ecuador fueron el corolario de una seguidilla de malos comportamientos en el rectángulo verde. No son sólo las expulsiones, es la irresponsabilidad técnica, la desconcentración en la marca y la desatención a las órdenes que le entregaba precisamente el hombre a quien tanto querían y luchaban por salvar. ¿Serán tan hombrecitos de tener esas actitudes en Turín, Barcelona o Sevilla?

            Picante y ordinaria es esa amenaza que provino desde el camarín terminado el partido contra Argentina en octubre recién pasado. Es de mala leche conocer la calidad propia de jugador y la importancia para el plantel y  sugerir que de no seguir el dt actual renunciarán a la selección. Por si no quedó claro lo vuelvo a decir: La roja es lo más importante. Y la verdad es que si Vidal va a seguir jugando igual con la casaquilla nacional, ojalá cumpla su palabra y no vuelva.

            Pero lo peor, lo que se llevó la nota máxima de lo picante y lo ordinario es despedir al entrenador en pleno camarín, ahí entre el vapor de las duchas y una pizarra a medio borrar, frente a los oídos de los jugadores y cuerpo técnico se llegó al fin de un proceso que bien pudo terminar con una reunión en Quilín una semana después y luego la correspondiente conferencia de prensa en donde se agradece mas de un año y medio de trabajo. ¿Era mucho pedir?.


            Ahora se viene la danza de nombre, suenan tres argentinos con algún pasado leproso, pero esa es harina de otro costal y tema de otro articulo, hemos de esperar que en esa discusión se suba un poco el nivel.

foto: http://www.ferplei.com/2012/08/claudio-borghi-yo-no-hago-convenio-con-los-dirigentes-yo-llamo-a-jugadores/

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