Se sentaron en el mejor restorant, sacaron a patadas a los
dueños anteriores y prefirieron degustar por si solos lo que se había cocinado
años antes. No hubo mucha culpa a la hora de comer, se sabía que así eran las
reglas del juego.
El gran
cocinero, aquel chef que se llevó todos los aplausos por el banquete preparado,
renunció al poco tiempo. Los hambrientos
que mirábamos desde afuera sabíamos que las cosas serían distintas, muy
distintas.
Pasó el
tiempo, la comida rica se acabó, las vacas volvieron a ser flacas y la teta
dejó de dar leche. Esta vez y de forma muy cobarde, los comensales (los que se
repartieron el chancho) mandaron a su empleado a dar la cara, como si él fuera
el culpable de la situación actual. Si responsable, principalmente de lo que
pasa en la cancha (o en la cocina si quiere seguir la metáfora) pero también de
haber generado un ambiente en su propia contra.
Borghi
no fue muy inteligente a la hora de declarar "las viudas de Bielsa",
"En Juan Pinto Durán hay menos información de la que suponíamos",
"con Bielsa también hubo indisciplina, pero nunca se supo". Sin ayuda
de nadie se ganó una pasada de cuenta a la hora de que las derrotas llegaran, y
llegaron. No quería comparaciones con Bielsa, pero el mismo se fue comparando
siempre.
¿Es
responsable Borghi? sin dudas, no hemos tenido una identidad definida, no se ha
renovado el plantel (siguen jugando los mismos) y pareciera que no tiene sentido
la semana previa a los partidos, ya que el decidió el equipo que jugará cuando
hizo la nómina. Desde mi perspectiva este es el momento para cambiar el dt, en
dos meses mas ya será muy tarde.
En la
cancha se vienen momentos difíciles, en Marzo tendremos que ir a Lima, en el
clásico más caliente e importante que hemos tendido desde la eliminatoria del ´97. Tenga ud por seguro
que los peruanos nos harán sentir que somos visita. Tres días después el
partido contra la celeste en Santiago será de vida o muerte. Los uruguayos por
peso de sus camiseta y historia no pueden quedar fuera de un mundial en Brasil.
Pero no
quiero quedarme en eso, es parte de este deporte el ganar, perder o empatar. Lo
que si me molesta es la cara de palo de los que dejamos comiendo en la mesa del
restorant. Aquellos que cuando vieron que los proveedores ponían cara larga
porque el servicio no era el mismo (auspiciadores), que los clientes venían
menos a comer (Chile nunca ha vendido todas las entradas en esta eliminatoria
para sus partidos de local) y que la crítica le bajó las estrellas al local (la
prensa mundial y nacional sabe que la roja no juega a lo mismo) decidieron
empezar a irse, incluso uno voló a la madre patria. El resto ha brillado por su
silencio, se están haciendo los locos o simplemente no les interesa lo que
pasa.
Acá hay
culpables que prometieron un futuro esplendoroso, pero que nos tienen metido en
el barro de nuevo. Y no hablo de tabla de posiciones rumbo al mundial, hablo
del desastre de la segunda división profesional, de sueldos impagos e
instituciones de mentiras, de prestamistas descarados para que algunos equipos
puedan hacer la bicicleta mes a mes (Copiapó) y de instituciones que funcionan
como triangulación de evasión de impuesto (San Felipe).
Los
comensales se comieron todo lo que había, dejaron el restorant pelado, ahora no
quieren pagar la cuenta e hicieron perro muerto. Otra vez hicieron perro muerto.
Cobardes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario